César Ortega Guillén se destaca como un apasionado protector de la biodiversidad en Chunchi, Ecuador, desempeñando un papel clave como guía turístico a nivel local y nacional. Su contribución se extiende desde su labor como docente y asistente técnico en turismo para el Gobierno Autónomo Descentralizado Municipal (GADM) de Chunchi hasta su participación en proyectos destacados como Puñay y Cápac Ñan. Además, su experiencia como examinador en el Instituto de Capacitación del Trabajo y su colaboración con diversas operadoras turísticas como Exploreit, Vivenow, Alausí Af Tours, entre otras, subrayan su compromiso con el desarrollo sostenible y la promoción del turismo responsable.
A pesar de estar ubicado en el centro del país, el cantón Chunchi, a menudo pasa desapercibido. César destaca dos atractivos excepcionales: el Cerro Puñay, con la pirámide escalonada más alta y grande del mundo, y el tramo mejor conservado del Cápac Ñan. Trabajando como guía certificado, una distinción otorgada por el Ministerio de Turismo, en colaboración con entidades legales, grupos estudiantiles y universidades, se esfuerza por compartir las maravillas de Chunchi con los visitantes, ofreciendo opciones de movilidad y actividades diversas para toda la comunidad.
Enfatiza la presencia de numerosas rutas aún no muy conocidas, pero repletas de encanto, y expresa la esperanza de que, con el tiempo, estas puedan ganar mayor visibilidad. Su enfoque está en garantizar que las comunidades locales sean los principales beneficiarios de estas iniciativas, destacando la importancia de involucrar a aquellos que residen en estos lugares para maximizar los beneficios de la actividad turística.
Acerca del Cápac Ñan, César afirma que fue un proyecto realizado con el PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo), la cooperación del fondo italiano y el trabajo conjunto de tres países: Perú, Bolivia y Ecuador (Cañar y Chimborazo como favorecidas). No obstante, la burocracia y el tema comunitario influyeron de cierta manera a que se estancara. “La comunidad debe ser selectiva, en estos casos, porque debe participar la gente realmente interesada, la gente que va a trabajar”, enfatiza César.
Definitivamente, las maravillas que ofrecen lugares como Chunchi están ahí, escondidas esperando a propios y extraños. Por tanto, es necesario que su comunidad participe activamente, se capacite y se comprometa. No solo por el cuidado de la naturaleza, sino también por los beneficios que traería.
¡Conoce más de Chunchi y proyectos turísticos, de la mano de César, en esta nueva edición de «Conversaciones frente al mar»!