Imagínate por un momento que te despiertas por la mañana, te estiras y abres la ventana, pero, sorprendentemente, todo sigue sumido en la oscuridad. ¿Qué harías en esa situación? Es una perspectiva aterradora, ¿verdad? Para muchas personas, esta es una realidad cotidiana. En todo el mundo, aproximadamente 2.200 millones de personas enfrentan algún grado de deterioro visual, ya sea en la visión cercana o distante. Lo más impactante es que al menos la mitad de estos casos podrían haberse prevenido o tratado a tiempo.
En Ecuador, según datos del CONADIS, el 11.47% de la población con discapacidad corresponde a personas ciegas. Esta cifra subraya la importancia de cuidar nuestra salud visual y reflexionar sobre cómo la visión nos conecta con el mundo. Nuestra capacidad de ver no solo nos permite apreciar lo bello de la vida, sino también enfrentarnos a los retos diarios. Sin embargo, para quienes no tienen esta posibilidad, existen herramientas que transforman su vida: bastones, perros guía, gafas con tecnología avanzada y, sobre todo, un sistema de escritura diseñado especialmente para ellos.
El sistema braille, una de las mayores invenciones de accesibilidad, nació gracias a Louis Braille, un joven que perdió la vista en su niñez. Inspirado por la «escritura nocturna» creada por Charles Barbier para el ejército francés, Louis desarrolló en 1825 un método revolucionario basado en una cuadrícula de puntos en relieve. Este sistema no solo reemplazó al rudimentario método Valentin Haüy, que usaba letras en relieve, sino que también brindó a las personas ciegas un medio para leer, escribir y comunicarse de manera independiente.
Este legado sigue vivo hoy. Figuras emblemáticas como Helen Keller, Andrea Bocelli y José Feliciano han utilizado el braille como una herramienta esencial en sus vidas. En Ecuador, instituciones como la Escuela 4 de Enero en Guayaquil, la Sociedad Luis Braille en Quito, y la Universidad de Ibarra ofrecen cursos para enseñar este sistema y empoderar a las personas con discapacidades visuales.
Desde 2019, la Asamblea General de las Naciones Unidas conmemora cada 4 de enero como el Día Internacional del Braille, un reconocimiento a esta invención que, más que un método de escritura, es un puente hacia la inclusión, la autonomía y la dignidad para millones de personas en todo el mundo.
Este es un recordatorio para valorar la salud visual y apoyar la creación de un entorno más accesible e inclusivo para todos.