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martes, febrero 4, 2025
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Un llamado urgente por el planeta

Día mundial sin sorbetes

Cada 3 de febrero se conmemora el día mundial sin sorbetes, una iniciativa que busca concienciar sobre el impacto ambiental de los sorbetes de plástico y fomentar acciones para reducir su uso.

Un pequeño objeto, un gran problema

Las pajillas, popotes, sorbetes o cañitas, según el país, se encuentran entre los diez residuos más comunes en océanos y playas, junto con colillas de cigarro, envases de comida y vasos plásticos. Aunque su tamaño es reducido, su impacto ambiental es enorme.

De acuerdo con la Trash Free Seas Alliance, en Estados Unidos, una persona utiliza en promedio 1.6 pajillas al día. Si se sumaran todas las desechadas diariamente en ese país, se podrían dar dos vueltas y media al planeta siguiendo la línea del ecuador.

Sin posibilidad real de reciclaje, la mayoría de estos residuos terminan en vertederos, son incinerados o, peor aún, llegan a los océanos, donde liberan sustancias tóxicas y representan una grave amenaza para la vida marina. Las imágenes de tortugas, peces y aves ingiriéndolos o con sorbetes incrustados en sus fosas nasales han dado la vuelta al mundo, evidenciando la magnitud del problema.

Breve historia de las pajillas

Aunque hoy su uso es fuertemente cuestionado, las pajillas tienen un origen milenario. Se remontan al 3100 a.C., cuando los sumerios usaban tubos para beber cerveza y filtrar la cebada.

En 1888, un empresario estadounidense patentó la pajilla de papel, buscando una forma más cómoda de disfrutar su cóctel Mint Julep. Con el tiempo, se creó la versión flexible o «pajilla acordeón», pensada para facilitar su uso en hospitales.

A pesar de su evolución, el problema ambiental que generan en la actualidad es innegable.

¿Por qué son un peligro?

El plástico con el que se fabrican tarda siglos en degradarse y contiene aditivos químicos nocivos para el medioambiente y la salud. Además, su estructura porosa absorbe contaminantes, que con el tiempo se liberan en el agua y el suelo.

Los animales marinos los confunden con alimento, lo que puede provocarles bloqueos intestinales e incluso la muerte. Lamentablemente, muchas especies han sido halladas con restos de plástico en sus estómagos, lo que ha llevado a alertas globales sobre la contaminación de los océanos.

Diferentes nombres, mismo impacto

En América Latina, este objeto recibe múltiples nombres:

      • Popote (México) – del náhuatl popotl, que significa paja.
      • Pajita o sorbete (Argentina).
      • Sorbeto (Puerto Rico).
      • Sorbete o cañita (Ecuador y Perú).
      • Cañita o pitillo (Colombia y Venezuela).
      • Absorbente (Cuba).
      • Carrizo (Panamá).
      • Calimente (República Dominicana).

Sin importar cómo se le llame, el problema ambiental es el mismo.

Soluciones sostenibles

La respuesta es más sencilla de lo que parece: dejar de usar pajillas de plástico.

Si bien podemos beber directamente del vaso, existen alternativas ecológicas como las pajillas reutilizables de metal, bambú o papel biodegradable.

Rechazar el plástico de un solo uso es un paso esencial para cuidar nuestro planeta

Ecuador y su compromiso con la reducción del plástico

Ecuador ha implementado importantes medidas para reducir el uso de plásticos desechables, desde el impulso de alternativas sostenibles hasta regulaciones gubernamentales para restringir su consumo.

Alternativas Sostenibles: Sorbetes de Bambú

En la comunidad de Olón, Santa Elena, productores locales fabrican sorbetes de bambú como una alternativa ecológica. Esta iniciativa, basada en una especie de bambú introducida desde Indonesia, fomenta la economía circular y sostenible en el país.

Galápagos: Pionero en la Lucha Contra el Plástico

Desde 2018, las Islas Galápagos han prohibido progresivamente los sorbetes, las bolsas plásticas tipo camiseta, los envases de espuma flex y, próximamente, las botellas plásticas. En el archipiélago, estos productos ya no ingresan ni se comercializan, gracias al compromiso de sus habitantes.

Regulaciones en Otras Ciudades

Ecuador ha tomado medidas en varias regiones del país:

      • Loja (2017): Sustitución de bolsas plásticas por opciones oxobiodegradables, con inspecciones periódicas.
      • Guayaquil (2021): Regulación para eliminar productos plásticos de un solo uso.
      • Quito (2023): Normativas que fomentan el uso de alternativas ecológicas en la capital.
      • Escuelas: Según el Acuerdo Ministerial N°97, las instituciones educativas no pueden solicitar materiales plásticos desechables en listas de útiles y deben promover el reciclaje.

Educación y Conciencia: La Clave del Cambio

El consultor ambiental Enrique Iturralde destaca que, más allá de las normativas, Ecuador necesita educación ambiental desde los hogares. Cambiar la mentalidad social es fundamental para generar un impacto real.

Cada pequeña acción cuenta. Rechacemos el plástico de un solo uso y adoptemos alternativas ecológicas. ¡El planeta nos necesita!

 

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