Maximiliano Nuñez Tomaselli es ingeniero en Negocios Internacionales, graduado en la Escuela Superior Politécnica (Espol), y máster en Innovación y Desarrollo.
A lo largo de su vida, ha estado inmerso en diferentes proyectos relacionados con la inclusión de la tecnología en el campo de la educación, sobre todo ayudando a niños y jóvenes que, por circunstancias de la vida, no han podido culminar sus estudios.
Una de las primeras experiencias de Maximiliano fue cuando él y un grupo de amigos, por curiosidad, participaron en el concurso de innovación social llamado Hult Prize. El concurso consistía en diseñar una propuesta que les devolviera la dignidad a 10 millones de refugiados en Ecuador.
Al principio, no tenían claro cómo solucionarlo, pero la investigación que realizaron les permitió analizar que, a nivel mundial, existían campos de refugiados que albergaban a más de 300.000 personas. La única entidad que les proporcionaba alimentos (Banco Central de Alimentos) se estaba quedando sin recursos, y esto provocaba que 7.000 niños murieran por desnutrición.
Debido a esto, el equipo de Nuñez elaboró un alimento a base de granos, cereales y miel que reuniera todos los nutrientes esenciales y perdurara por mucho tiempo para la supervivencia de los refugiados. La idea se originó por el alimento tradicional tibetano Tsampa que cumple con estos mismos beneficios nutricionales.
Para participar en el concurso, desarrollaron un modelo de mercado y un prototipo del producto. Este suceso fue el inicio de un arduo trabajo que les permitió quedar en segundo lugar a nivel internacional, donde muchas universidades de alto prestigio estuvieron presentes.
Núñez expresó en la entrevista que se le realizó en el programa «Conversaciones frente al mar» que realmente no tenía mucha esperanza de que Nutri-Aid, nombre del producto, llegara hasta esas instancias. No obstante, al estar en la competencia, observó que los ecuatorianos tienen mucho potencial para desarrollar proyectos innovadores, puesto que en el concurso también se presentaron otras universidades del país. Con respecto a la ejecución del proyecto, Núñez desea que alguien pueda impulsarlo, debido a que, por cuestiones de tiempo, no se ha podido llevar a cabo.
También habló sobre Design Thinking, un trabajo centrado en motivar a los niños y jóvenes a identificar problemas y desarrollar prototipos a través de la tecnología y robótica, examinando así sus capacidades intelectuales y críticas, ya que en las ideas especificaban cada detalle. Estos trabajos son diseñados en los Fab Lab (laboratorios de fabricación digital con impresoras 3D), que fomentan la innovación y creatividad colectiva. Muchos de los beneficiarios encontraron empleo o comenzaron a estudiar.
Asimismo, Maximiliano se ha desempeñado como director ejecutivo de la Fundación Edúcate, que, con el apoyo de algunas empresas, donó computadoras e instaló 1.200 laboratorios de computación en escuelas. Ante la emergencia sanitaria por causa del COVID-19, replanteó su sistema de ayuda para poder suplir las nuevas necesidades de estudiantes que, al no contar con el servicio de internet y las herramientas tecnológicas, decidieron dejar su formación académica.
Preocupados por esta deserción estudiantil, entregaron laptops, tablets y routers a diferentes estudiantes para que continúen fortaleciendo sus conocimientos.
Actualmente, Maximiliano Nuñez trabaja como Director de Innovación y Competitividad en la Alcaldía de Portoviejo. Recientemente, la municipalidad ha sido reconocida como un caso de éxito en el ámbito de las ciudades inteligentes debido a su destacado nivel de planificación. Con su liderazgo, continúa impulsando la transformación y el desarrollo de la ciudad, contribuyendo de manera significativa al avance del país.