Desde temprana edad, Cristóbal Zapata vivió rodeado de libros, ya que sus padres contaban con una biblioteca debido a que eran profesores y leían constantemente para ampliar sus conocimientos. Influenciado por este entorno, su curiosidad aumentó y comenzó a tener sus primeros acercamientos con el mundo de la literatura, inicialmente atraído por las ilustraciones que se encontraban en los libros.
Con el tiempo, su interés por la literatura creció a tal punto que decidió fundar un club literario en su escuela, junto con amigos. Sin embargo, fue en su cuarto año de colegio que comenzó a enamorarse de la lectura, después de que su maestro les asignara una actividad que consistía en leer cualquier libro a su alcance y subrayar las frases que considerara más significativas. Este desafío marcó un punto de inflexión en su vida literaria, ya que descubrió que leer con un bolígrafo en la mano no solo le permitía comprender el texto, sino que le permitía interactuar directamente con las palabras en las páginas. Este acto de marcar y analizar profundamente las palabras escritas se convirtió en una práctica constante.
Además, la magia del lenguaje lo inspiró a explorar el vasto universo de la imaginación, y comenzó a crear sus propios escritos, inspirados por el arte, el cine y las complejidades de la vida. A los 19 años, comenzó a colaborar con la Editorial El Conejo en su suplemento cultural dominical, donde sus escritos se destacaron por su enfoque directo y, al mismo tiempo, por su apertura a temas culturales, combinando elementos de crítica con una prosa poética.
De igual manera, estuvo como coordinador en la Sexta Bienal Internacional de Cuenca, un evento artístico internacional de trascendencia estética y cultural que busca integrar a varios artistas. En 2015, Cristóbal Zapata ascendió al cargo de director ejecutivo de la Bienal. Durante su dirección, fortaleció su vínculo con los aspectos artísticos y logró construir una curaduría pedagógica que trabajaba de la mano con las curadurías artísticas centrales, articulando proyectos educativos y contribuyendo a la preparación de mediadores. Su labor en la Bienal de Cuenca marcó un hito en su carrera, fusionando su pasión por el arte con su compromiso por la cultura y la educación.
Actualmente, es Profesor Honorario en la Casa Editora de la Universidad del Azuay, donde está a cargo del manejo de la revista El Coloquio. Recientemente, publicó uno de sus últimos poemarios, lo que eleva su repertorio a un total de ocho poemarios y dos libros de relatos.
Finalmente, en el próximo año aspira a publicar otro poemario, terminar un libro de cuentos breves y reunir todos sus escritos sobre el arte de Cuenca, ciudad de la cual lleva escribiendo por alrededor de 30 años.
Mira la conversación completa con Cristóbal Zapata «Conversaciones frente al mar».