26 C
Guayaquil
sábado, marzo 22, 2025
InicioHumanidadTolerancia Cero a una práctica que persiste en el siglo XXI

Tolerancia Cero a una práctica que persiste en el siglo XXI

La mutilación genital femenina

En pleno siglo XXI, mientras la humanidad avanza en tecnología, medicina y derechos humanos, una práctica ancestral y dolorosa sigue marcando la vida de millones de niñas y mujeres: la Mutilación Genital Femenina (MGF). Aunque para muchos en Occidente este tema pueda parecer lejano, la realidad es alarmante. Según el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), cada año alrededor de 4,1 millones de niñas están en riesgo de sufrirla, y si no se toman medidas urgentes, esta cifra podría aumentar a 4,6 millones para 2030.

¿Qué es la MGF y por qué se practica?

La MGF abarca cualquier procedimiento que altere o dañe los genitales femeninos por razones no médicas. Incluye desde la extirpación parcial o total de los genitales externos hasta otras intervenciones lesivas. A pesar de no aportar ningún beneficio para la salud, se mantiene en algunas comunidades bajo justificaciones culturales, creencias religiosas erróneas o mitos sobre higiene y pureza.

En muchos casos, se considera un rito de paso a la adultez o un requisito para el matrimonio. Sin embargo, detrás de estas justificaciones subyace un mecanismo de control sobre el cuerpo y la sexualidad de las mujeres.

Un problema global, no solo local

Aunque la MGF es más común en países de África, Oriente Medio y algunas regiones de Asia, la globalización y las migraciones han llevado esta práctica a otras partes del mundo. En Europa, América y otras regiones, se han registrado casos dentro de comunidades migrantes, evidenciando que este no es un problema ajeno a Occidente.

Voces de expertos y activistas

  • Dr. Nafissatou Diop, experta en MGF del UNFPA:
    «La MGF no conoce fronteras. Se ha extendido a través de la migración, y debemos trabajar juntos, tanto en los países donde es tradicional como en los de acogida, para proteger a las niñas y erradicar esta violación de los derechos humanos.»
  • Leyla Hussein, activista y fundadora del Dahlia Project en Reino Unido:
    «En el Reino Unido, hemos documentado casos de niñas llevadas a sus países de origen durante las vacaciones escolares para ser sometidas a la MGF. Es una realidad en nuestras comunidades y debemos abordarla con educación y acción legal.»

Consecuencias devastadoras

Los efectos de la MGF son tanto físicos como psicológicos y sociales. Las víctimas pueden experimentar:

  • Dolor extremo, hemorragias e infecciones inmediatas.
  • Complicaciones de salud a largo plazo, como dificultades en el parto, infertilidad y problemas crónicos.
  • Trauma psicológico, que puede afectar la autoestima, la salud mental y la calidad de vida.

La MGF no es solo un problema de quienes la sufren; es un reflejo de las injusticias que aún persisten en la sociedad.


 

Un testimonio que duele

Amina*, una mujer somalí de 32 años, compartió su historia con el UNFPA:

«Tenía solo siete años cuando me llevaron a una choza en mi aldea. No sabía lo que iba a pasar, pero recuerdo el dolor. Era un dolor indescriptible. Lloré, grité, pero nadie me escuchó. Después, pasé semanas sin poder caminar bien. Como madre, sigo sufriendo las secuelas. Durante el parto de mi hija, enfrenté complicaciones terribles, y el miedo de que ella pase por lo mismo me persigue todos los días.»

El testimonio de Amina no es aislado. Millones de mujeres en el mundo llevan cicatrices, tanto físicas como emocionales, que nunca desaparecen. Para muchas, la MGF no es solo un evento del pasado, sino una sombra que marca su presente y su futuro.

Un problema que persiste

A pesar de los esfuerzos internacionales, la MGF continúa siendo una realidad en muchas regiones. Lejos de disminuir, en algunos lugares está en aumento debido al crecimiento poblacional y la falta de acceso a educación y recursos. Según el UNFPA, más de 200 millones de mujeres y niñas en todo el mundo han sido sometidas a esta práctica.

Latifatou Compaoré, de 14 años, en Burkina Faso, fue inspirada por su madre para hacer un llamamiento en favor del abandono de la MGF. Grabó una popular canción acerca de poner fin a esa práctica. Foto: Luca Zordan para el UNFPA
Latifatou Compaoré, de 14 años, en Burkina Faso, fue inspirada por su madre para hacer un llamamiento en favor del abandono de la MGF. Grabó una popular canción acerca de poner fin a esa práctica. Foto: Luca Zordan para el UNFPA

¿Qué se está haciendo para erradicarla?

Organizaciones como el UNFPA y UNICEF lideran esfuerzos para eliminar la MGF mediante:

  • Campañas de sensibilización, dirigidas a comunidades afectadas.
  • Programas educativos, para desmentir mitos y promover derechos.
  • Trabajo con líderes comunitarios y religiosos, fomentando el cambio desde dentro.
  • Legislación y acción legal, con prohibiciones en múltiples países.

En Etiopía, por ejemplo, el UNFPA ha impulsado la creación de grupos comunitarios donde mujeres y hombres debaten sobre los riesgos de la MGF. Gracias a estos espacios, algunas comunidades han renunciado públicamente a esta práctica.

Un llamado a la acción

Cada 6 de febrero, el Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina, nos recuerda que esta práctica no tiene cabida en el mundo moderno. Erradicarla requiere educación, empatía y acción colectiva.

La MGF no es solo un problema de quienes la sufren; es un reflejo de las injusticias que aún persisten en la sociedad. No podemos permitir que siga arrebatando la infancia y el futuro de millones de niñas.


Fuentes: Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), UNICEF.
*Nombre cambiado para proteger la identidad de la entrevistada.

ARTICULOS RELACIONADOS

Noticias recientes

Noticias relevantes

Comentarios recientes