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“Pensé en mi hijo y decidí luchar”: la historia de Mayra y el abrazo de SOLCA Peninsular

Viuda y madre de un niño de cinco años, Mayra Zavala enfrentó el cáncer con esperanza y determinación. Su testimonio recuerda que un diagnóstico a tiempo puede ser el inicio de una segunda oportunidad

En la provincia de Santa Elena, el acceso a servicios oncológicos especializados era, hasta hace menos de tres décadas, una necesidad urgente. Frente a esta realidad nació la Unidad Oncológica Peninsular de SOLCA, hoy un centro de referencia en prevención y tratamiento del cáncer en la región. Su labor no solo se mide en cifras, sino en historias de vida como la de Mayra Zavala, bioquímica farmacéutica de 36 años, viuda y madre de un niño de cinco años, quien enfrentó un diagnóstico que llegó acompañado de un miedo aún mayor: la posibilidad de que su hijo quedara sin padres.

En entrevista exclusiva con El Costanero, el ingeniero Alberto Pareja Moncayo, presidente del directorio desde noviembre de 2024 y único fundador vivo de esta sede, explica que la institución nació como una respuesta ciudadana a una necesidad evidente.

“La idea nació de un grupo de amigos comprometidos con la salud de la comunidad. El 26 de noviembre de 1996, con el apoyo del entonces presidente de SOLCA Guayaquil, Guillermo Paulson Andrade, se nos autorizó formar un Comité de Amigos de SOLCA. Así dimos los primeros pasos para implementar un centro médico enfocado en oncología, en una provincia donde el cáncer ya era una amenaza silenciosa”, recuerda.

Ing. Alberto Pareja Moncayo, presidente del directorio de SOLCA Peninsular, lidera con visión y compromiso una institución clave en la lucha contra el cáncer en la provincia. Foto cortesía
Ing. Alberto Pareja Moncayo, presidente del directorio de SOLCA Peninsular, lidera con visión y compromiso una institución clave en la lucha contra el cáncer en la provincia. Foto cortesía

Pareja no olvida los nombres de quienes iniciaron el proyecto: “Fuimos cinco los fundadores: Felipe de la Cuadra Moreira, Miguel Béjar Portilla, Manuel Vásconez Vásquez, Arturo Faggioni Camacho y yo. Todos motivados por una necesidad urgente: mucha gente moría sin diagnóstico o sin posibilidad de tratamiento en la zona”.

Una historia que se cruza con la vida de Mayra

En septiembre de 2024, Mayra notó una inflamación en su mama tras un golpe practicando crossfit. Pensó que sería algo pasajero. Después de un mes sin mejoría, buscó un especialista y encontró a SOLCA Santa Elena. “Me asusté cuando vi el nombre, pero llamé y me agendaron una cita. El Dr. Castro me atendió con una sonrisa y empatía. Me ordenó exámenes, mamografía, ecografía y biopsia. Cuando leí ‘lesión altamente sospechosa de malignidad’ sentí que el mundo se derrumbaba. Pensé en mi hijo y en que no podía quedarse sin papá ni mamá”, recuerda.

Viuda desde hace pocos años, el diagnóstico se convirtió en una tormenta emocional. “Lo primero que pensé fue: me voy a morir. ORE mucho y le pedí a Dios que me guiara. El doctor me dijo: ‘hay cura, por algo estás aquí’. Esas palabras me sostuvieron”.

Mayra inició quimioterapia en Guayaquil y terminó el tratamiento en la sede de Santa Elena. “Era más cómodo estar en mi provincia. Allí me atendió el oncólogo y las licenciadas Angie Parrales y Joselyn Alvarado, siempre con empatía. En cada quimio me acompañaba mi madre, porque aparento ser fuerte, pero me toca. Los efectos eran duros, pero me levanté con fe. El 7 de julio me hicieron una mastectomía radical. Estoy en seguimiento, pero segura de que pronto terminará este proceso”.

Su mensaje es directo: “No dejemos que un diagnóstico nos limite a vivir. No rendirse. Llorar cuando toque, pero seguir. Siempre sale el sol. Y sobre todo, acudir a tiempo: un diagnóstico temprano salva vidas”.

Cifras 2024: más de 53 mil atenciones que muestran el compromiso de SOLCA con la prevención y la vida.
Cifras 2024: más de 53 mil atenciones que muestran el compromiso de SOLCA con la prevención y la vida.

De un comité ciudadano a un centro de especialidades

Desde aquel inicio modesto, SOLCA Peninsular evolucionó hasta convertirse en un Centro de Especialidades Oncológicas. Entre los hitos, Pareja menciona la cesión en comodato de las instalaciones por parte de la municipalidad, la transformación institucional y la capacitación constante del personal médico. “Siempre hemos apostado por mejorar. Nos ha tocado difícil, pero con perseverancia y alianzas hemos logrado avanzar”, afirma.

Hoy la institución cuenta con 27 especialidades médicas, laboratorios clínicos y servicios de diagnóstico como mamografías, ecosonografías, colposcopías y quimioterapia ambulatoria. Los cánceres de mama, cuello uterino, piel y colon son los más frecuentes, de ahí las campañas de prevención “Tres en Uno” que SOLCA realiza desde 2005 de manera gratuita.

Prevención y alianzas para el futuro

En 2024, la institución registró 53.572 atenciones, entre ellas 10.475 consultas médicas, 23.731 exámenes de laboratorio, 1.158 biopsias y 2.736 papanicolaous.

Para el presidente, las cifras son importantes, pero las vidas lo son más. “El secreto está en llegar a tiempo. Un diagnóstico oportuno puede salvar una vida. Por eso insistimos tanto en la prevención”, recalca.

La institución se proyecta ahora a la creación de un Banco de Sangre provincial y recientemente firmó un convenio con la Alcaldía de Santa Elena para fortalecer la detección temprana, especialmente en mujeres del cantón.

SOLCA Peninsular es más que un centro médico. Es la historia de una provincia que decidió organizarse para no perder más vidas, y de pacientes como Mayra Zavala que, con su valentía, recuerdan que la prevención y la esperanza son tan necesarias como la medicina misma.

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