En 1921, Mademoiselle Coco Chanel, junto al experto perfumista Ernest Beaux, creó el icónico perfume CHANEL N.º 5, considerado el más caro y famoso del mundo.
Después de numerosas pruebas con distintas flores, eligieron las de YLANG-YLANG, también conocido como Cananga (Cananga odorata), originario de Filipinas e Indonesia. La mezcla número 5, combinada con vainilla y otras flores, fue la seleccionada, y de ahí proviene el nombre que aún lleva el perfume.
El CHANEL N.º 5 fue, y sigue siendo, tan célebre que, tras la Segunda Guerra Mundial, los soldados estadounidenses hacían largas filas en una tienda de París para comprar el perfume del siglo y llevarlo a sus novias y esposas.
El YLANG-YLANG es un hermoso árbol tropical cuyas flores amarillas, en forma de estrella, son muy apreciadas en perfumería por su aroma exótico y sensual, y en aromaterapia por sus efectos relajantes y antidepresivos. Su aceite esencial, obtenido mediante destilación al vapor, aporta amplios beneficios para la salud de la mente y el cuerpo.

En muchos países asiáticos se utiliza para aliviar tensiones, estrés, insomnio, nerviosismo y depresión. Además, es considerado un afrodisíaco capaz de despertar las pasiones. En Indonesia, de hecho, es tradición cubrir la cama de los recién casados con flores de YLANG-YLANG, la llamada flor de flores, para que vivan una primera noche plena y embelesada.
Se cuenta que, en una ocasión, le preguntaron a Marilyn Monroe qué usaba para dormir y ella respondió: “Sólo unas gotas de CHANEL N.º 5”.
En un parque cercano a mi casa hay seis árboles de Cananga o YLANG-YLANG. Cuando florecen, es imposible alejarse de ellos por el aroma excepcional y envolvente que desprenden. Hoy están en fruto y espero poder secar sus semillas para sembrar muchos de estos árboles históricos que hicieron famoso al CHANEL N.º 5 y millonaria a Coco Chanel.
Como dijo un célebre poeta y filósofo francés: “Una mujer que no se perfuma no tiene futuro”.