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Turismo en Ecuador: Cabalgando hacia un nuevo horizonte 8/8

Una mirada al turismo ecuestre como una opción de integración y desarrollo sostenible en el país

Durante las últimas siete entregas de la serie Turismo en Ecuador hemos recorrido, paso a paso, el complejo entramado que vincula la historia institucional, social y cultural del país con el desarrollo del turismo. Analizamos el nacimiento del Ministerio de Turismo, las leyes que intentaron ordenar el sector y los distintos modelos de gestión aplicados en Quito, Cuenca, Guayaquil y Galápagos. Estudiamos cómo evolucionó la Marca País, cómo las universidades y los gobiernos locales aportaron, a veces con visión, otras con desconexión, y cómo los ciudadanos han quedado en muchos casos marginados de las decisiones que definen el rumbo del sector.

Cada entrega reveló un Ecuador diverso, lleno de potencial, pero también de desafíos no resueltos. Pese a los esfuerzos institucionales, el país aún no logra consolidar un modelo turístico sostenible, articulado y equitativo. Sin embargo, también mostró que hay una base viva: existen experiencias, rutas, instituciones, comunidades y ciudadanos que pueden marcar el inicio de un nuevo ciclo. Turismo en Ecuador no fue solo un ejercicio de análisis, sino una invitación a reflexionar y proponer. Hoy, con esta octava entrega, cerramos el ciclo mirando hacia el futuro. El turismo ecuestre aparece aquí como símbolo de una alternativa posible, no como una imposición, sino como una de las muchas puertas desde las cuales el país puede volver a andar.

En cada rincón del Ecuador, desde el páramo hasta la sabana, desde la montaña hasta la costa, hay una historia que se mueve al ritmo del caballo. Este animal, símbolo de fuerza, libertad y pertenencia, vuelve a ocupar un lugar en la narrativa del desarrollo territorial. El caballo ha acompañado al ser humano desde los albores de la historia y en Ecuador forma parte esencial de la vida rural, del trabajo, de las tradiciones montuvias y de las celebraciones chagras. Hoy puede volver a convertirse en un vínculo entre naturaleza, cultura y comunidad.

En el año 2012, mientras ejercía el cargo de Directora de Turismo de la Provincia del Guayas, organicé una cabalgata conmemorativa por la provincialización del Guayas, celebrada el 8 de noviembre. Lo que nació como un acto simbólico de integración se transformó en una experiencia reveladora. En aquella jornada se reunieron los montuvios de la Costa en una de las manifestaciones más auténticas del pueblo rural: las cabalgatas que llegaban hasta la ciudad. Un medio de comunicación tituló la actividad “El campo se tomó la ciudad”. Aquella imagen, cargada de identidad y orgullo, fue el inicio de una reflexión que con el tiempo cobró sentido. El caballo no era solo parte del paisaje ni de la memoria campesina, sino una herramienta de encuentro, de integración y de desarrollo territorial.


La tarea no será fácil. Requiere tiempo, compromiso, educación y planificación. Requiere, sobre todo, la decisión de mirar hacia lo que ya tenemos: rutas, paisajes, historias, comunidades, manos trabajadoras y una cultura que sigue viva.


Mientras tanto, en la Sierra, los chagras recorrían con sus caballos los caminos del callejón interandino, las haciendas y los pueblos agrícolas, ofreciendo al visitante una experiencia viva de la cultura rural entre volcanes, páramos y tradiciones. Su sentido de unidad y pertenencia permitió que el Paseo Procesional del Chagra fuera declarado Patrimonio Cultural Inmaterial del Ecuador, un reconocimiento al vínculo entre el ser humano, el trabajo y la tierra.

En la Costa, la consolidación de este tipo de actividades fue más difícil. La cabalgata se veía como una celebración del campo, no como una oportunidad turística. Transformarla en una experiencia organizada requería planificación, capacitación y articulación entre comunidades e instituciones. El impulso inicial del Guayas continuó por un tiempo en Manabí y otras provincias, pero sin una estructura que garantizara su sostenibilidad. Con el paso de los años, esa idea quedó latente, esperando el momento de volver a emerger.

En 2013, el Ministerio de Turismo incorporó en su agenda de promoción los rodeos y cabalgatas del Guayas, lo que permitió dar visibilidad a una manifestación cultural profundamente arraigada en la identidad costera. En 2016, en coordinación con el Ministerio del Ambiente, se emitió un acuerdo interministerial que definió nuevas categorías de guías turísticos, abriendo la posibilidad de certificaciones en modalidades de aventura y patrimonio. Esto permitió por primera vez pensar en la figura del guía ecuestre dentro de los estándares nacionales. Años después, en 2018, presenté ante la ministra Rocío Prado de Holguín una propuesta para capacitar guías ecuestres comunitarios. El objetivo era brindar a los habitantes rurales, que históricamente han trabajado con caballos, las herramientas necesarias para ofrecer experiencias seguras, sostenibles y con valor cultural.

El Costanero y ANTE Ecuador impulsaron la I Jornada Virtual Internacional de Turismo Ecuestre, promoviendo la integración rural y el desarrollo sostenible en el 2020.
El Costanero y ANTE Ecuador impulsaron la I Jornada Virtual Internacional de Turismo Ecuestre, promoviendo la integración rural y el desarrollo sostenible en el 2020.

La pandemia de 2020 detuvo muchos procesos, pero también abrió una oportunidad para reflexionar. Desde El Costanero organizamos la I Jornada Virtual Internacional de Turismo Rural y Turismo Ecuestre, titulada “La dinamización del Turismo Rural a través del Turismo Ecuestre”, realizada el 5 y 6 de junio de 2020. El evento reunió a más de doscientas personas y tres mil espectadores virtuales, con ponentes de Ecuador, España y Portugal. Fue un espacio de diálogo que demostró que el turismo rural y ecuestre podían ser herramientas de reactivación en un contexto donde el turismo masivo había dejado de ser viable.

La experiencia del confinamiento evidenció que, más allá de las implicaciones físicas de la enfermedad, la salud mental se había visto gravemente afectada. En ese contexto, las actividades al aire libre, en contacto con la naturaleza y los animales, se convirtieron en una vía para recuperar el bienestar y la estabilidad emocional. Montar a caballo no solo representaba una forma segura de viajar, sino también un ejercicio de equilibrio, conexión y libertad.

Dentro del imaginario ecuatoriano, existen ya manifestaciones que fortalecen la identidad y el vínculo con la naturaleza. Una de las más reconocidas es la Cacería del Zorro, en Ibarra, nacida en 1972 y declarada Fiesta Nacional en 2009. Este evento congrega cada año a cientos de jinetes, amazonas y visitantes, y representa una oportunidad para promover el turismo interno, fortalecer la economía local y proyectar la cultura ecuestre del país. En 2024 participaron más de ochocientos caballos y la derrama económica superó un millón ochocientos mil dólares.

Hoy, sin embargo, el Ecuador atraviesa una realidad compleja. La inseguridad, la crisis política, la expansión de actividades ilegales y el deterioro institucional han golpeado de forma directa la imagen del país y la confianza de los visitantes. La llegada de turistas ha disminuido, muchos negocios locales se han visto obligados a cerrar y el sector turístico continúa enfrentando una de sus etapas más frágiles. Lo primero que se resiente en tiempos de crisis es el turismo, porque aunque las ciudades estén abiertas para recibir visitantes, la inseguridad convierte al país en un destino de riesgo.

Escena de las festividades ecuestres en Junquillal, Vinces, muestra de las tradiciones montuvias que fortalecen el turismo rural y la cultura viva del Litoral ecuatoriano.
Escena de las festividades ecuestres en Junquillal, Vinces, muestra de las tradiciones montuvias que fortalecen el turismo rural y la cultura viva del Litoral ecuatoriano.

Aun así, no todo está perdido. Las crisis, aunque dolorosas, también son momentos de siembra y reconstrucción. Este es un tiempo para pensar, reorganizar y actuar. El turismo es una industria de regeneración social y económica. A través de él, las comunidades pueden recuperar la confianza, rescatar saberes, fortalecer su identidad y generar nuevas oportunidades. Pero ninguna transformación será posible sin compromiso ciudadano. Ningún plan de desarrollo ni política pública puede sostenerse sin la participación activa de las personas.

El turismo es considerado una industria porque genera actividad económica a gran escala, crea empleo y moviliza capital de manera similar a otros sectores productivos, aunque no cuente con fábricas físicas. Su carácter multisectorial abarca desde la hostelería y el transporte hasta el comercio, la gastronomía y el entretenimiento, impulsando economías locales y nacionales. Por ello se la denomina la “industria sin chimeneas”, una expresión que no alude a su impacto ambiental, sino a su capacidad para producir riqueza y empleo sin necesidad de grandes infraestructuras industriales. Los destinos, la cultura y las experiencias son su materia prima, y los ciudadanos, su fuerza productiva.

El turismo ecuestre representa una de las muchas alternativas que pueden contribuir a reactivar el país desde la ruralidad, la cultura y la sostenibilidad. A partir de las rutas y experiencias ya existentes, Ecuador puede reorganizar su mapa turístico con una mirada más responsable y humana, en la que el caballo se convierta en símbolo de equilibrio, esfuerzo y pertenencia. Pero más allá de esta modalidad, lo esencial es comprender que el turismo puede ser un punto de encuentro para reconstruir la confianza colectiva, volver a creer en el país y empezar de nuevo.

La tarea no será fácil. Requiere tiempo, compromiso, educación y planificación. Requiere, sobre todo, la decisión de mirar hacia lo que ya tenemos: rutas, paisajes, historias, comunidades, manos trabajadoras y una cultura que sigue viva.

Así concluye la serie Turismo en Ecuador: una travesía por la memoria, los desafíos y las oportunidades de un país que, aun en medio de la incertidumbre, conserva en su gente, su tierra y su cultura los motivos más nobles para creer, resistir y construir. Porque el turismo, como la vida misma, siempre encuentra el modo de volver a empezar.

Bibliografía

  • Asamblea Nacional del Ecuador. (2019). Ley Orgánica de Turismo. Registro Oficial del Ecuador.
  • Ministerio de Turismo del Ecuador (MINTUR). (2013). Plan Estratégico de Desarrollo de Turismo Sostenible del Ecuador 2020 (PLANDETUR 2020). Quito: MINTUR.
  • Ministerio de Turismo y Ministerio del Ambiente. (2016). Acuerdo Interministerial sobre la Clasificación y Regulación de Guías Turísticos en el Ecuador. Registro Oficial.
  • Organización Mundial del Turismo (OMT). (2022). Informe sobre Turismo Rural y Sostenibilidad. Madrid: OMT.
  • Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC). (2023). Estadísticas de Turismo y Actividades Económicas Conexas. Quito: INEC.
  • Asociación Nacional de Turismo Ecuestre (ANTE Ecuador). (2020). Memorias de la I Jornada Virtual Internacional de Turismo Rural y Ecuestre.
  • Diario La Hora. (2024, agosto 22). La Cacería del Zorro se celebrará el 5 de octubre en Ibarra. Imbabura-Carchi.
  • El Costanero. (2020, junio 5). I Jornada Virtual de Turismo Rural y Turismo Ecuestre: la dinamización del turismo rural a través del turismo ecuestre.
  • Organización Mundial del Turismo (OMT). (2021). El turismo como motor de recuperación económica. Madrid: OMT.
  • Prado de Holguín, R. (2018). Gestión participativa en turismo comunitario y sostenible. Ministerio de Turismo del Ecuador.
Nota al pie
Este trabajo forma parte de la Escuela de Ciudadanía, dedicada al análisis de la función pública, su operatividad y los actores que la han desarrollado a lo largo de la historia. Los nombres mencionados corresponden únicamente a su labor institucional en el ámbito turístico. Ni la autora ni El Costanero se adhieren a posiciones políticas de quienes en su momento ocuparon u ocupan cargos públicos.
El propósito de este trabajo es exclusivamente informativo, académico y ciudadano: contribuir al conocimiento colectivo, promover el debate informado y fortalecer la capacidad crítica de la sociedad.

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