El arte de bailar es una expresión que no solo radica en realizar movimientos coordinados al compás de la música, sino más bien es una representación artística que cuenta una historia sin la necesidad de usar las palabras.
Pero si hablamos de la danza folclórica, su concepto va más allá, pues esta acción mantiene un compromiso serio con la cultura, debido a que en ella se está llevando a escena un legado ancestral que se niega a morir.
También cabe aclarar que, aunque lo folclórico puede ser popular, lo popular no siempre va a ser folclórico, pues lo folclórico es un conocimiento no institucionalizado que se ha transmitido de generación en generación, convirtiéndose así en una tradición en la que sus autores se quedaron en el anonimato.
Mientras que lo popular sí cuenta con autores específicos, sin embargo, su vigencia dependerá del impacto que produzca en la sociedad, por lo tanto, puede que no llegue a ser permanente, es decir, que solo estará presente durante un tiempo determinado.
Por eso que para llevar a escena una representación folclórica, es necesario efectuar una investigación exhaustiva que debe ir desde la música, los movimientos, el vestuario hasta la historia que se desee exhibir, la cual tiene que estar ubicada cronológica y geográficamente para finalmente seleccionar a los personajes.
Anteriormente los únicos bailes folclóricos que representaban al Ecuador eran los de la Sierra, ya que no se tenía mucho conocimiento de los bailes de la Costa. Sin embargo, debido a los juegos bolivarianos del 65, Rodrigo Chávez González, conocido como Rodrigo de Triana, con Guido Garay se pusieron a estudiar y viajaron a diversos lugares, en donde contrastaron sus investigaciones para poder crear una representación de la Costa, a partir de aquí surgieron las primeras expresiones de danza folclórica costeñas.
Estas son algunas de las enseñanzas que imparte Isabel Ballén Andrade, quien a través de su amor por el baile busca fortalecer la identidad nacional, por lo que también se ha dedicado a investigar las características de este arte para llevar al escenario una realidad embellecida.
Por este motivo que en sus bailes se utilizan trajes muy coloridos y combinados con productos de la naturaleza, los cuales son una inspiración que le dejó su madre, además, sus bailarines deben estar correctamente maquillados, pues con él se pretende resaltar sus facciones.
Porque a través de esta proyección estética se intenta enamorar al espectador y conectarlo con sus raíces patrióticas, al igual que con el ritmo que acompaña el baile, pues Isabel manifiesta que la música llevada al escenario es el alma de pueblo hecha poesía.
Además, la danza transmite otros beneficios como, por ejemplo, mejora la condición física, cardiorrespiratoria, coordinación, equilibrio, desarrollo de ritmo, mejora las relaciones humanas, afianza la personalidad, te permite acercarte al público sin ningún problema, pero sobre todo nos enseña a amar lo nuestro.
Mira la entrevista completa con Isabel Ballén en «Conversaciones frente al mar».