A pesar de haber nacido en un entorno familiar ajeno a las disciplinas artísticas, donde todos se dedicaban a profesiones convencionales, como su abuelo, quien era médico, y su padre, abogado, Glenda Rosero estaba destinada a encontrar su camino en el mundo del arte.
Su primer encuentro inició cuando tenía cinco años y su padre la inscribió en un conservatorio de música como un pasatiempo con el que pudiera complementar su educación formal, un lugar que le dejó grandes enseñanzas y maravillosas experiencias.
No obstante, un viaje a Francia cambió su vida por completo, ya que en París, los museos permiten que algunos artistas se acerquen a las obras con sus caballetes para recrearlas, al igual que los estudiantes de arte se sientan en el suelo para dibujarlas con comodidad. Este hecho despertó en Glenda un interés por aprender este tipo de arte.
A pesar de ingresar a la universidad para estudiar Derecho, continuó dando clases de música y se dio cuenta de que su verdadera pasión estaba en el ámbito artístico. Tomó la valiente decisión de abandonar la universidad y mudarse a Quito para estudiar Artes Plásticas en la Universidad Central del Ecuador.
Su interés por la tridimensionalidad la llevó a especializarse en Escultura Cerámica y, más tarde, obtuvo un Máster en Estudios Avanzados en Literatura Española e Hispanoamericana. A pesar de convertirse en madre antes de completar sus estudios, esto no detuvo su exploración de otras disciplinas, como la fotografía e ilustración.
Durante este proceso, Glenda también se enfocó en reflexionar sobre la maternidad y la serie de desafíos que se derivan en torno a ella, lo que la llevó a crear el colectivo Dos Guaguas como una forma de unir su vida artística con su experiencia de maternidad.
De igual manera, a través del colectivo de arte-acción, Maternas, en colaboración con Cristina Álvarez, critica el discurso tradicional de la maternidad con sarcasmo y humor. También ha realizado publicaciones como “Te digo algo…” y “Mitologicodoméstico”, este último es un libro ilustrado basado en frases dichas por sus hijos en donde establece similitudes entre la maternidad y personajes mitológicos griegos.
Ha sido galardonada en diversos salones de arte y actualmente, es directora del Departamento Cultural del Colegio Pensionado Universitario Nelson León Vizcarra, en el que refleja su compromiso con la educación y el arte.
La trayectoria de Glenda nos demuestra que, aunque a veces nuestras aspiraciones se dirijan por un sendero diferente al que quizás los demás tenían pensado para nosotros, pero realmente deseamos cumplirlas, debemos tener la capacidad de ser perseverantes y construir nuestro propio camino para poder lograrlo.
Mira la conversación completa con Glenda en «Conversaciones frente al mar».
