Doctor en Medicina Veterinaria y Zootecnia, propietario de la Hacienda El Diamante en Ecuador, catalogada como ‘carbono positiva’ debido a que limpia la contaminación generada por sí misma y contribuye a la limpieza del aire en las ciudades cercanas. Su nombre es Javier Olivares y, en esta ocasión, nos habla de su trabajo con potros y caballos, el cual se basa en una conexión emocional y el manejo de traumas que pueden generar problemas a la hora de montarlos.
Ha colaborado activamente con la Asociación Nacional de Turismo Ecuestre (ANTE Ecuador) y manifiesta que un turismo ecuestre exitoso proviene de un recorrido para aprender todo aquello que la naturaleza y la cultura tienen para ofrecernos; a esto se suma una conexión y una convivencia armónica con el caballo. Por supuesto, es necesario entender que, al igual que los seres humanos, estos son diferentes en sus actitudes y emociones desde que nacen. Ligado a esto, su adiestramiento requiere de años de práctica y paciencia que rendirán frutos perdurables en el tiempo, ya que no se trata de presionar al animal para que sea domado rápidamente.
Javier comenta que aplica una técnica ancestral montuvia para el adiestramiento de caballos. Con cierta preocupación en su voz, enfatiza que estas prácticas se han ido perdiendo porque los jóvenes utilizan mayormente otros medios de transporte como las motos y las extensiones de tierra tienen otros propósitos. Adicionalmente, expresa que el trabajo con cada animal es distinto; no es lo mismo domar a uno que nació encerrado que a otro que nació en un entorno de vida silvestre y vivió así por mucho tiempo. Esencialmente, “se trata de ir mejorando las técnicas sin perder la esencia”, enfatiza.
La familiarización con el campo y sus sonidos es crucial como técnica para obtener mansedumbre en el caballo. Hay que evitar la generación de traumas y problemas que puedan ocasionar fracturas, heridas peligrosas y desgaste físico con el uso de técnicas de aprendizaje altamente acelerado. Por lo tanto, Javier nos dice que se requiere pasión.
Para visibilizar de mejor manera su labor y la cultura montuvia para las nuevas generaciones, él cuenta que tiene un proyecto para generar contenidos en redes sociales con el apoyo de su hijo. Definitivamente, hay mucho que aprender y observar de la mano de Javier.