A lo largo de los años siempre se ha hablado del desarrollo como un término que debe estar relacionado estrictamente con la economía. Sin embargo, diversos estudios han determinado a lo largo del tiempo que es imposible pensar en el desarrollo si no está vinculado con la calidad de vida de las personas.
Por ello, se busca trabajar desde cada una de las instancias públicas basándose en los 17 objetivos de desarrollo a nivel mundial presentados por las Naciones Unidas.
Muchos países alrededor del mundo pretenden cumplir con estos lineamientos, que son básicos y esenciales para garantizar el bienestar y progreso de sus habitantes, pues es difícil inspirar alegría cuando existe hambre o pobreza extrema que genera violencia.
Ecuador es uno de ellos y durante algunos años ha buscado convertirse en un país de derecho, más justo y equitativo, con menos desigualdades. Sin embargo, se puede observar que aún no se han podido erradicar estas necesidades.
Elsa María Castro, quien tiene un posgrado en Ciencias Políticas, Gobernabilidad y Gerencia Política, menciona que primero es necesario reconocer las potencialidades del territorio, pues estos espacios tienen la bendición de contar con una gran variedad de recursos naturales.
Castro también sostiene que la sociedad debe mostrarse activa e impulsar a sus autoridades para que trabajen de forma conjunta. Si no se articulan estas dos partes, cualquier acción que se realice podría terminar fracasando por no ser sostenible.
Por eso insiste en que debe existir un acercamiento con los gobiernos locales para comprometerlos, apoyarlos y que no solo se vean como grupos políticos, sociales o económicos.
Es importante entender que existen capacidades de rectorías. Es decir, en el Gobierno nacional hay una necesidad de que el Gobierno actúe como guía y financiador. Sin embargo, la coordinación y articulación en el territorio debe ser del gobierno intermedio, conocido como consejo provincial, y la gestión de los municipios.
Durante la pandemia este compromiso por parte de las instituciones locales hacia sus habitantes se hizo evidente, ya que los servicios básicos siguieron funcionando a pesar de la complejidad de la situación.
En este suceso también se constató que el sector rural es de vital importancia para la sostenibilidad de los habitantes, porque ofrece posibilidades de dinamización económica a través de sus recursos naturales, que se distribuyen por todo el país, además de su relevancia en el ámbito turístico.
Por ejemplo, en la provincia de Santa Elena se puede disfrutar de frutas, hortalizas y mariscos; en El Mocha, de las lecherías, el ganado y las papas; en Pelileo, de las artesanías; y en Baños, de las cascadas y aguas termales. Por tanto, es necesario desarrollar turismo especializado de acuerdo con las maravillas que cada rincón del país puede ofrecer.
Mira la conversación completa con Elsa María Castro en «Conversaciones frente al mar».