Cada año, el viernes anterior al equinoccio de marzo se conmemora el Día Mundial del Sueño, una iniciativa global destinada a concienciar sobre la importancia del descanso y sus efectos en la salud. En 2025, la efeméride se celebrará el 14 de marzo bajo el lema: «Hacer de la salud del sueño una prioridad», destacando la necesidad de establecer hábitos de sueño saludables para prevenir trastornos y mejorar la calidad de vida.
El sueño como pilar fundamental de la salud
A pesar de ser una función biológica esencial, el sueño es frecuentemente subestimado en la rutina diaria. Estudios recientes advierten que la privación del sueño puede generar alteraciones en el metabolismo, el sistema inmunológico y la función cognitiva, incrementando el riesgo de enfermedades como diabetes, hipertensión, obesidad y depresión.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 40% de la población mundial sufre algún tipo de trastorno del sueño. Entre los más comunes se encuentran el insomnio, la apnea del sueño, el síndrome de las piernas inquietas y la narcolepsia, condiciones que afectan la calidad del descanso y el bienestar general.
El impacto de los trastornos del sueño
Los expertos coinciden en que el sueño no solo es una necesidad fisiológica, sino que su calidad influye en la regulación emocional, la memoria y el rendimiento diario. La falta de sueño reparador puede provocar:
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- Alteraciones del estado de ánimo, aumentando la ansiedad y la depresión.
- Problemas metabólicos, favoreciendo el sobrepeso y la resistencia a la insulina.
- Disminución de la concentración y la memoria, afectando el desempeño académico y laboral.
- Mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, debido a la alteración en los niveles de presión arterial.
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En el caso de los niños y adolescentes, la privación del sueño está asociada con un menor rendimiento escolar, trastornos del comportamiento y problemas de desarrollo.

Recomendaciones para un sueño saludable
En el marco del Día Mundial del Sueño, la World Sleep Society recomienda adoptar hábitos que favorezcan un descanso óptimo. Algunas estrategias incluyen:
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- Mantener un horario regular de sueño, acostándose y despertándose a la misma hora todos los días.
- Evitar el uso de dispositivos electrónicos antes de dormir, ya que la luz azul de las pantallas interfiere con la producción de melatonina.
- Reducir el consumo de cafeína, alcohol y nicotina al menos seis horas antes de dormir.
- Crear un ambiente adecuado para el descanso, con una habitación oscura, silenciosa y a una temperatura agradable.
- Realizar actividad física regularmente, pero evitando el ejercicio intenso en las horas previas al sueño.
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Desconéctate de la tecnología y conéctate con el bienestar: sustituye las pantallas por la lectura o la meditación para un descanso reparador.
El sueño en la era digital
El uso excesivo de dispositivos electrónicos ha sido señalado como uno de los principales enemigos del descanso. Un estudio del Instituto Europeo del Sueño advierte que la exposición a pantallas antes de dormir no solo retrasa la conciliación del sueño, sino que afecta su profundidad y calidad. La recomendación es sustituir la tecnología por actividades relajantes, como la lectura o la meditación.
Un llamado a la acción global
El Día Mundial del Sueño no solo busca informar sobre los beneficios del descanso, sino promover una cultura del sueño saludable en la sociedad. Instituciones médicas y científicas hacen un llamado a gobiernos y empresas para fomentar políticas que prioricen el bienestar del individuo, como horarios laborales flexibles y campañas de concienciación sobre la importancia del sueño en la salud pública.
En un mundo donde el estrés, la tecnología y el ritmo acelerado de la vida cotidiana impactan negativamente en el descanso, hacer del sueño una prioridad es más que un mensaje, es una necesidad.
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