Cada año, en este mes, Estados Unidos se prepara para uno de sus feriados más significativos: el Día de Acción de Gracias. Esta celebración, que tendrá lugar el jueves 27 de noviembre de 2025, suele presentarse como un acto nacional de gratitud. Pero este año adquiere un sentido especial en un país que ha vivido tensiones, redadas y debates profundos sobre la migración. En este contexto, Thanksgiving invita a recordar algo esencial: esta tradición nació del encuentro entre culturas y sigue viva gracias a las comunidades migrantes que, desde sus orígenes, han dado forma a la historia estadounidense.
En un escenario global marcado por la movilidad humana, miles de familias migrantes adoptan esta celebración no para reemplazar sus propias costumbres, sino para integrarse, comprender y convivir con el territorio que ahora llaman hogar. Las formas pueden cambiar según el origen de cada familia, pero la esencia permanece: agradecer, reunirse y reconocer el camino compartido.
El primer Thanksgiving de 1621 es el mejor ejemplo de este encuentro. Los colonos ingleses celebraron su primera cosecha junto a los pueblos indígenas Wampanoag, cuyo apoyo fue crucial para su supervivencia. Aquella mesa diversa se convirtió con el tiempo en un símbolo nacional. En 1789, George Washington declaró por primera vez esta fecha como día de acción de gracias. Más tarde, en 1863, Abraham Lincoln estableció el último jueves de noviembre como un día de reflexión y unidad en plena Guerra Civil, y en 1941 el Congreso fijó oficialmente esta fecha como feriado federal.
¿Sabías que el famoso Desfile de Macy’s nació gracias a un grupo de empleados inmigrantes que quisieron recrear los desfiles de su infancia?
A partir de ese momento, Thanksgiving se consolidó como una tradición que reúne a millones de familias alrededor de una mesa. En ella conviven recetas heredadas, sabores traídos de otros países y elementos que han evolucionado gracias a quienes llegaron de distintas partes del mundo. Estados Unidos ha sido construido y transformado por generaciones de migrantes, y muchas de sus tradiciones, incluida esta, llevan la marca de esa diversidad.
El pavo, por ejemplo, se convirtió en el plato central no solo por ser abundante en la región donde llegaron los primeros colonos, sino porque quienes migraron adaptaron su preparación, la combinaron con ingredientes de sus países de origen y contribuyeron a difundir esta receta en todo el país. Hoy, millones de hogares acompañan ese plato principal con puré de papas, salsa de cranberry, stuffing y pastel de calabaza, cada uno interpretado a su manera y según su herencia cultural.
Nueva York, una ciudad formada por sucesivas oleadas migratorias, agrega un elemento especial a la celebración. El Desfile de Macy’s, que desde 1924 recorre las avenidas de Manhattan, nació gracias a empleados inmigrantes que quisieron recrear los desfiles europeos de su infancia. Lo que comenzó como un gesto nostálgico hoy detiene la ciudad por completo. Miles de personas se reúnen en las calles para ver los globos gigantes, las carrozas y los espectáculos, mientras millones más lo siguen por televisión. En un año de tensiones migratorias, este desfile recuerda que algunas de las tradiciones más queridas del país existen precisamente porque personas de muchas culturas decidieron hacer de Estados Unidos su hogar.
A lo largo del día se viven otras costumbres que también reflejan esta diversidad, como los juegos de la NFL, los voluntariados comunitarios y las donaciones de alimentos. En estos espacios, son muchas veces las propias comunidades migrantes las que lideran iniciativas de apoyo y solidaridad, extendiendo el sentido original de la fecha.
La jornada culmina con la cena familiar, un momento donde se mezclan idiomas, historias, recetas antiguas y nuevas formas de estar juntos. Para muchas familias migrantes, Thanksgiving es la oportunidad de agradecer por lo vivido, por las oportunidades, por la resiliencia y por la construcción de un hogar en tierras nuevas, aunque el camino no siempre haya sido fácil.
En un año como este, marcado por incertidumbres y tensiones migratorias, Thanksgiving recupera su sentido más profundo. Recordar que esta celebración nació del encuentro entre culturas es también reconocer que la diversidad sigue siendo un pilar fundamental de la identidad estadounidense. Más allá del menú o de los rituales, la esencia de Thanksgiving es agradecer la vida compartida, y en esa gratitud convergen todas las voces que han construido y siguen construyendo este país.
