Ernest Hemingway (1899-1961), nacido en Illinois, EE. UU., fue uno de los escritores y periodistas más importantes del mundo en el siglo XX. Su vida aventurera y bohemia, sumada a sus grandes novelas, ha sido llevada al cine.
En su juventud fue periodista y participó como chofer de ambulancias en Italia durante la Primera Guerra Mundial. Sus obras más importantes las escribió entre 1920 y 1950.
Durante su vida, Hemingway sufrió múltiples accidentes automovilísticos, heridas de bala en ambas piernas durante la guerra y dos caídas de avioneta, que le causaron heridas graves, depresiones y dolores permanentes. Más tarde estuvo presente como reportero en el famoso «Desembarco de Normandía» durante la Segunda Guerra Mundial.

Su vida sentimental fue muy agitada: se casó cuatro veces y tuvo tres hijos. Durante esa etapa vivió mucho tiempo en Europa, especialmente en París, y también en Cuba, en su finca El Vigía; en Key West; y en el pueblo de Ketchum, Idaho, donde se suicidó en 1961, a los 61 años de edad.
Sus obras más importantes fueron El viejo y el mar, con la que ganó el Premio Pulitzer en 1952; Por quién doblan las campanas; Adiós a las armas; Fiesta; Tener y no tener, entre otras. En 1954 recibió el Premio Nobel de Literatura por sus Obras Completas.
Hemingway fue un amante del mar, la pesca y también de los gatos, desde que un capitán de barco le regaló en 1930 un gato polidáctilo es decir, con seis dedos en las patas delanteras al que llamó Snow White. Este felino inició una dinastía cuyos descendientes, también polidáctilos, deambulan hasta hoy por su casa-museo en Key West.
Durante su vida, Hemingway fue muy aficionado a la bebida, lo cual le causó graves problemas de salud. Tomaba principalmente ron en Cuba, martinis y whisky en EE. UU., y absenta en Europa.
En Cuba y en el mundo es famosa su frase:
“Mi mojito en La Bodeguita y mi daiquirí en El Floridita.”

En Key West visité su casa-museo, pero especialmente sus bares favoritos: Sloppy Joe’s y Captain Tony’s, para recordar años de bohemia ya pasados…