En diálogo con El Costanero, Juan Xavier Cordovez, director de la Junta de Beneficencia de Guayaquil, explica que esta alianza no surge como una decisión aislada, sino como la continuidad natural de un compromiso que la institución ha sostenido con el Ecuador desde hace más de un siglo. Para él, entender por qué la Junta decidió unir su camino al de Scholas Occurrentes implica regresar al momento en que nació, cuando Guayaquil enfrentaba profundas carencias sociales y la comunidad tuvo que organizarse para dar una respuesta que las autoridades no podían sostener por sí solas.
“Guayaquil atravesaba necesidades urgentes y los servicios de bienestar no alcanzaban a los sectores más vulnerables. Fue la misma comunidad la que dio el paso, la que reunió recursos y voluntades para fundar la Junta y garantizar atención digna a quienes más lo necesitaban”, recuerda Cordovez. Así nació la institución el 29 de enero de 1888, apoyada por ciudadanos que asumieron con seriedad la protección de la salud y el desarrollo humano.
Como la organización social más grande del Ecuador, la Junta de Beneficencia lidera una red hospitalaria de referencia nacional formada por cuatro instituciones de alta complejidad: el Hospital Luis Vernaza, el Hospital Roberto Gilbert, el Hospital Alfredo Paulson y el Instituto de Neurociencias. Su capacidad resolutiva y su vocación de servicio la han convertido en un pilar indispensable para miles de familias en el país. Esta fortaleza institucional es la base que permite que la Junta amplíe hoy su acción desde la salud hacia nuevas dimensiones sociales, como la educación, la participación juvenil y el acompañamiento comunitario.
Ese origen comunitario explica por qué hoy la Junta se suma al legado de Scholas Occurrentes, un movimiento global que nació en 2001 durante la crisis argentina. Jorge Mario Bergoglio, entonces arzobispo de Buenos Aires y más tarde Papa Francisco, convocó a escuchar a los adolescentes, quienes estaban absorbiendo con mayor intensidad la fractura social del país. De esa búsqueda surgieron las primeras Escuelas de Vecinos, que con el tiempo se transformaron en Scholas, una red presente hoy en más de ciento noventa países y reconocida por promover la cultura del encuentro.
Para Cordovez, Scholas encarna una parte esencial del pensamiento del Papa Francisco: la educación como un espacio vivo, afectivo y comunitario. Tras el fallecimiento del Pontífice, el movimiento continúa como uno de sus legados más significativos. “Cuando conocimos Scholas entendimos que hablaba el mismo idioma de nuestra historia”, afirma. “Nosotros nacimos de la comunidad y para la comunidad. Hoy la juventud nos pide ser escuchada y nuestra historia nos obliga a responder”.
Scholas Ciudadanía en Guayaquil: escuchar para transformar
La primera edición de Scholas Ciudadanía en la ciudad permitió reunir a jóvenes de instituciones públicas, privadas y religiosas para reflexionar colectivamente sobre su realidad. Durante una semana, a través del arte, el juego y el diálogo, identificaron preocupaciones y sueños que con frecuencia no encuentran espacio en los entornos tradicionales.
El diagnóstico fue contundente: los estudiantes señalaron la ausencia de padres y cuidadores como la principal preocupación que afecta su bienestar emocional. La Junta interpretó este hallazgo como una señal profunda que trasciende lo educativo y compromete a toda la sociedad. Con el acompañamiento de psicólogos y trabajadores sociales, la información fue sistematizada y hoy sirve como base para acciones futuras.
La institución ya articula aliados públicos y privados para el periodo de Post Ciudadanía, con el objetivo de convertir las propuestas juveniles en proyectos reales y sostenibles. Varios estudiantes continuarán vinculados como líderes y multiplicadores, confirmando que esta experiencia despertó una forma nueva de participación juvenil.
Sinchal: cuando la comunidad se organiza, la desnutrición retrocede
Mientras Guayaquil acogía la voz de los jóvenes, la Junta consolidaba otro logro histórico en la provincia de Santa Elena. En 2023, la comuna ancestral de Sinchal registraba un índice de desnutrición crónica infantil del 45,45 por ciento. Tres años después, esa cifra se redujo al 3,20 por ciento gracias a un modelo de intervención basado en resultados y sustentado en la metodología de las 5Cs: censo, coordinación, cumplimiento, capacitación y colaboración.
La Mesa Comunal permitió articular a líderes locales, instituciones públicas, equipos médicos y familias, mientras que los Chalecos Azules, voluntarios comunitarios, garantizaron un acompañamiento permanente. Las acciones incluyeron controles médicos, capacitación a familias, consejerías, acceso a agua segura y entrega de alimentos vinculada a buenas prácticas de cuidado. Más de seiscientas cincuenta familias forman parte del proceso, que ya se extendió a Loma Alta y Barcelona con un impacto directo en diez mil personas.
Para Cordovez, este logro demuestra que el trabajo articulado puede transformar territorios enteros. “Cuando la comunidad se involucra y las instituciones responden, los resultados llegan. Sinchal es la prueba de que la esperanza se construye paso a paso”.
Una misión que sigue viva
Scholas Ciudadanía y la intervención contra la desnutrición infantil en Santa Elena son dos expresiones de un mismo compromiso. La Junta continúa respondiendo a los desafíos del país tal como lo hizo en 1888: escuchando, acompañando y actuando allí donde la sociedad más lo necesita.
“Nuestra misión es servir a quienes más lo requieren y acompañar el bienestar del Ecuador”, concluye Cordovez. “Hoy lo hacemos escuchando a la juventud y fortaleciendo a nuestras comunidades. Esa fue la esencia con la que nacimos y es la esencia que seguimos honrando”.
