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Abordaje holístico de la obesidad

Combinando mente, alimentación y ejercicio

Cada 4 de marzo se conmemora el día mundial de la obesidad, una iniciativa liderada por la Federación Mundial de la Obesidad con el objetivo de concienciar sobre esta creciente problemática de salud pública. Este año, bajo el lema «Cambiar los sistemas para vidas más saludables», se enfatiza la necesidad de abordar la obesidad desde una perspectiva sistémica, considerando factores sociales, económicos, políticos y ambientales que influyen en su desarrollo.

Estadísticas globales alarmantes

La obesidad ha experimentado un incremento significativo en las últimas décadas. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2022, una de cada ocho personas en el mundo era obesa, lo que representa un aumento de más del 100% entre 1990 y 2022.

Las proyecciones futuras son aún más preocupantes. Un estudio publicado en The Lancet en 2025 estima que, para 2050, más de la mitad de los adultos y casi un tercio de los niños y jóvenes a nivel mundial tendrán sobrepeso u obesidad. Esto equivale a más de 3.800 millones de adultos y 746 millones de jóvenes afectados.

Impacto en América Latina

América Latina no es ajena a esta tendencia. Chile, por ejemplo, presenta el porcentaje más alto de obesidad en Sudamérica, con un 42% de los mayores de 20 años afectados. Se estima que, en cinco años, alrededor de 14 millones de adultos chilenos vivirán con esta enfermedad. Otros países de la región, como Argentina (39%), Paraguay y Uruguay (36%), también registran cifras elevadas de obesidad.

Factores contribuyentes y enfoque sistémico

La obesidad es una enfermedad compleja y multifactorial. Además de la alimentación y la actividad física, factores genéticos, psicosociales, urbanos y socioeconómicos juegan un papel crucial en su desarrollo. El entorno obesogénico, caracterizado por la alta disponibilidad de alimentos ultra procesados y la falta de espacios para la actividad física, contribuye significativamente al aumento de la obesidad.

El enfoque de este año en «cambiar los sistemas» busca transformar entornos para facilitar elecciones saludables, reconociendo que la obesidad no es solo una cuestión de voluntad personal, sino que está influenciada por condiciones externas que pueden facilitar o dificultar decisiones saludables.

Iniciar un camino hacia la reducción de la obesidad implica abordar aspectos psicológicos, alimenticios y de ejercicio de manera integral. A continuación, se presentan recomendaciones en cada área:

Aspectos psicológicos

  • Identificar factores emocionales: Reconocer si emociones como el estrés, la ansiedad o la tristeza están influyendo en los hábitos alimenticios. La comida no debe ser utilizada como mecanismo de afrontamiento emocional.
  • Buscar apoyo profesional: Consultar a psicólogos especializados en trastornos alimentarios puede ser fundamental para desarrollar estrategias efectivas y personalizadas.
  • Fomentar la autoestima: Trabajar en la construcción de una autoimagen positiva puede ser crucial, ya que una baja autoestima está relacionada con comportamientos alimentarios poco saludables.

Alimentación

  • Adoptar una dieta equilibrada: Incorporar frutas, verduras, legumbres, cereales integrales y frutos secos en la dieta diaria. Reducir el consumo de alimentos ricos en grasas saturadas, azúcares y sal.
  • Controlar las porciones: Ser consciente de las cantidades consumidas y evitar comer en exceso. Llevar un registro de los alimentos ingeridos puede ayudar a mantener el control.
  • Evitar dietas milagro: Optar por cambios sostenibles en la alimentación en lugar de dietas rápidas que pueden ser perjudiciales y no ofrecen resultados duraderos.

Ejercicio físico

  • Incorporar actividad física regular: Realizar ejercicios aeróbicos como caminar, correr, nadar o andar en bicicleta al menos 30 minutos diarios. Estas actividades ayudan a quemar calorías y mejorar la salud cardiovascular.
  • Combinar con entrenamiento de resistencia: Integrar ejercicios de fuerza para aumentar la masa muscular, lo que contribuye a un metabolismo más activo y a la pérdida de peso.
  • Establecer metas realistas: Plantear objetivos alcanzables y progresivos en la rutina de ejercicios para mantener la motivación y evitar frustraciones.

Abordar la obesidad requiere un enfoque multidisciplinario que contemple la mente, la alimentación y el cuerpo. La constancia en la implementación de hábitos saludables es clave para lograr una transformación efectiva y sostenible en el tiempo.

Finalmente

El Día Mundial de la Obesidad 2025 nos recuerda la urgencia de abordar esta epidemia desde una perspectiva integral, enfocándonos en cambiar los sistemas que contribuyen a su prevalencia. Es fundamental la colaboración entre gobiernos, profesionales de la salud y la sociedad en general para implementar políticas y entornos que promuevan vidas más saludables y reduzcan la carga global de la obesidad.

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